Que los navarros decidan

Ricardo Guelbenzu Morte  20 de abril de 2007

Llevamos varios meses recibiendo el mensaje desde el Gobierno central así como desde los nacionalistas vascos, de que Navarra será lo que los navarros decidan, para todos estos defensores de los navarros, sería suficiente confiar en esta declaración para que reinase la tranquilidad entre nosotros.

Lo preocupante es que semejante afirmación no se dice en un contesto de tranquilidad democrática, sino en medio de una negociación con el terrorismo y por ello nos intranquiliza a los navarros que no tenemos veleidades nacionalistas vascas. La afirmación sobre la soberanía de los navarros, oculta un contesto determinado caracterizado por:

a) Un nacionalismo `moderado´ a la espera para cosechar si dejan de matar los de ETA, y en aras a resolver el conflicto proponen que todos los partidos alcancen -mediante concesiones dialogadas por parte de todos- acuerdos que les acerquen a la tan ansiada meta de la paz, en la línea de lo que propuso el Plan Ibarretxe, que ellos lo contemplan como prolegómeno de la independencia, aunque eso sí la plantean a plazos, que en ello unos y otros nacionalistas, coinciden hoy, para que a los decadentes españoles nos sea más fácil digerirla, y así puedan continuar en Europa y más tarde intentar vender a Francia la formula de una euroregión vasca, eso sí a ser posible bien subvencionada.

b) Los de ETA / Batasuna como siempre, sólo que a plazos, los de las pistolas y sus amigos se presentan dulcificando su viejo lenguaje, hablando de territorialidad y de capacidad de decisión. Las dos cuestiones las consideran irrenunciables, es decir que sin Navarra y sin el Derecho de Autodeterminación, no habrá renuncia a la violencia, ni avances en la negociación. Siguen diciendo que sin Navarra nada de nada, pero eso sí como fieles escuderos del terrorismo todavía no han dado ningún paso decisivo hacia el reconocimiento de lo equivocado de los 40 años de terrorismo, tampoco hemos oído una petición de perdón expresa a las víctimas. No estamos ante un movimiento sincero de abandono definitivo de la violencia. Están crecidos y así no hay posibilidad de avanzar.

c) Mientras los de NaBai a su bola, conocemos las bases políticas de NaBai centradas en: el derecho a decidir de los ciudadanos navarros y a que se respete su decisión; la necesidad de desalojar a la derecha del Gobierno Foral; la profundización de la democracia; la participación social; la defensa del euskera y su oficialidad en toda Navarra. Como necesitan al PSN ocultan sus intenciones, hacen hincapié en el progresismo y la participación, pues están por intentar camelarse a los socialistas, para que les ayuden a tomar posiciones en el camino de avanzar en el acercamiento de Navarra hacia el País Vasco, paso imprescindible para caminar hacia su quimérica Euskal Herria, o en el menor de los casos, propiciar avances de las posiciones euskaldunes, en el terreno cultural, de lo que ellos llaman recuperación de las señas de identidad.

Con el victivismo que les caracteriza, confunden una y otra vez, el necesario respeto que le ampara a toda minoría, con el intento de imposición de las opiniones de su minoría sobre la mayoría, hablan que representan a un 30% (sic) de navarros que les apoyan, y ante cualquier posición democrática de respeto de las posiciones del otro 70% u 80% restante, hablan de imposición intolerable, de olvidarse de una parte significativa de los ciudadanos navarros, de que la derecha entorpece torticeramente el camino para la paz, que la derecha no respeta la pluralidad de nuestra tierra, confunden respeto –siempre- con que la mayoría tenga que aceptar sus posiciones. El señor Zabaleta y la señora Barkos dicen que respetaran lo que los navarros decidan en un hipotético futuro que no precisan, y sin embargo insultan, y llaman una y otra vez a UPN a que no se plieguen a un sucursalismo del PP o al PSN al del Gobierno Central, lo que no dicen es que ellos cuentan con estructuras partidistas en sus órganos máximos de decisión que están fuera de la comunidad foral. Pretender imponer el euskera en todo el territorio foral en contra de la opinión ampliamente mayoritaria de los navarros, y en tiempo electoral ocultan que la consecución de sus objetivos estratégicos supone la desaparición de la Navarra actual, al pretender diluirla en su quimérica Euskal Herria.

d) Muchos piensan que hay una oportunidad para la paz, son personas de buena voluntad que no quieren ver la realidad, que es bien cruda, prefirieren creer lo que muchos medios de comunicación les han estado diciendo durante mucho tiempo, y por ello responsabilizan al que critica al proceso, como un enemigo de la paz. Ellos sinceramente creen que para vivir en paz, es necesario conceder `algo´ por todas las partes, negociando y cediendo. Piensan con poco realismo y mucha ingenuidad que ello será suficiente.

e) Existe una oposición cívica cada vez mayor, a todas estas pretensiones, que es transversal en lo ideológico, más allá de los partidos. Con 30 años de democracia muchos no vemos ninguna justificación ética o moral del terrorismo, ya que no hay que premiar les por dejar de matar. La Libertad y la Justicia están por encima de la Paz. Nos oponemos al alucinante análisis político de la izquierda abertzale: ya que parten de que Euskal Herria (una entelequia que no ha existido nunca) es hoy un país ocupado por los estados francés y español, y por ello el pueblo vasco está oprimido tanto por los franceses como por los españoles. Se olvidan interesadamente que muchos belgas y suizos hablan francés pero no se consideran, ni son franceses. Se olvidan de que muchos navarros de cultura vasca no quieren identificarse con un nacionalismo vasco trasnochado e inviable en el actual panorama, y que si bien se sienten vascos en lo cultural, también compatibilizan ese sentimiento con ser navarros y ser españoles, como lo fueron sus padres y sus abuelos. En conjunto el 80% de los navarros no estamos por la integración de Navarra en el País Vasco, ni en una nueva comunidad a cuatro, como estación intermedia hacia la secesión de España.

El Gobierno Zapatero, hace cosas contradictoriaspresume de ser más duro que Aznar; mantiene un ansia infinita de paz; dio por verificadas las condiciones de la tregua, cuando había extorsiones, robo de armas en Francia, reorganización de comandos; facilitó la internacionalización del conflicto en el Parlamento Europeo; cedió ante De Juana y salvó por dos veces a Otegui; detuvo al Comando Donosti; apoyó la ilegalización de ASB, pero no la del PCTV; confiamos que aplique la Ley de Partidos a pesar de las amenazas de ETA vertidas en Gara.

No da la sensación de tener una política solvente dividiendo a las víctimas del terrorismo; utilizando a la Fiscalía; mostró un gran optimismo un día antes del atentado de la T4; no ha sabido ganarse el apoyo del principal partido de la oposición. Sin el concurso de los dos grandes partidos es imposible avanzar. En estos momentos complicados ZP está ausente/prudente, prefiriendo hablar de luchar contra el cambio climático y la discriminación de la mujer. No sabemos si da por terminado el proceso, o sin más espera a que escampe el temporal que se avecina, y está a la espera de la respuesta de ETA a la participación o no de Batasuna en las elecciones de mayo.

Muchos navarros deseamos:

1) Una declaración del Presidente Zapatero donde apueste de forma clara por la actual configuración política de Navarra, tal y como lo ha dicho claramente el PSN, si bien que forzado por la manifestación del 17 de marzo. No queremos que nos diga como funciona la democracia, ya lo sabemos.
2) Una pública política de alianzas del PSN antes de las votaciones que le dará muchos apoyos de los navarros constitucionalistas si se desmarca del discurso de NaBai. Aumentará sus expectativas de votos y le ayudará a disputar el voto en los mismos caladeros que tiene UPN, cuestión estratégica para volver a ser una alternativa real para Presidir el Gobierno de Navarra.

Los ciudadanos navarros entendemos que todo partido político tiene en su naturaleza la necesidad y el derecho de conquistar posiciones de poder, para legítimamente intentar cambiar las cosas, pero ese poder no se debe alcanzar a cualquier precio, de cualquier manera, no deben ir contra la naturaleza ni de su ideología y ni de sus valores.