¿Mienten Cáritas, Save the Children o Intermón Oxfam sobre la pobreza que existe en España?
Rotundamente no. ¿Pero qué consideran pobreza Cáritas o alguna otra de las organizaciones citadas?
Periódicamente, los medios dan gran publicidad a informes de Cáritas, u otras organizaciones de carácter asistencial, los cuales denuncian una situación de miseria en España tan llamativa como alarmante. Según estos informes, España es el segundo país con más pobreza de Europa después de Rumanía, la pobreza infantil alcanza el 29,9% etc.
El ministro de Hacienda hizo referencia una vez a uno de estos informes asegurando que los datos “no se corresponden a la realidad” y que sólo se basan en “mediciones estadísticas”.
Obviamente todo el mundo simpatiza mucho más con Cáritas que con el ministro de Hacienda, así que todo el mundo creyó a Cáritas y se burló del ministro, como es lógico.
¿O no es lógico?
Todos estos informes cuentan a su favor con el hecho de que quien los presenta nos es simpático, quien los rechaza nos es antipático, y además todo lo que dicen viene a confirmar el pensamiento previo de la mayoría sobre el asunto del que tratan. No obstante, la verdad es que a la hora de concluir algo es mucho más lógico hacerlo en virtud de los argumentos y datos que exhibe cada uno que no por la mera simpatía o antipatía respecto al que los presenta. Como solemos recordar a menudo, la verdad es la verdad la digan Agamenón, el ministro o su porquero.
Pero si Cáritas u otras organizaciones, que por otro lado desarrollan una labor inapreciable, no mienten, ¿qué sucede entonces?, ¿de dónde vienen unos datos tan alarmantes?
En primer lugar hay que leerse la letra pequeña de los informes para entender lo que en ellos se considera “pobreza”.
Así, por ejemplo, la forma habitual de medir la pobreza en estos informes consiste en considerar a alguien “pobre” o en riesgo de pobreza a toda persona cuyos ingresos sean inferiores al 60% del salario medio. Esta metodología, evidentemente, resulta muy discutible desde el punto de vista lógico.
En el exclusivo barrio de Bel Air, en Los Ángeles, a lo mejor el vecino que menos gana es un tipo que gana 1 millón de dólares al año, cuando la media del barrio acaso se encuentre en 3. Es decir, que técnicamente es un pobre. Entendida la pobreza como la tasa de habitantes cuyos ingresos no superen el 60% de la media, puede que en Bel Air haya un 20% de “pobres”, todos ellos millonarios. Si tú tienes un Mercedes pero tu vecino tiene dos, estás en riesgo de exclusión. Si tú tienes dos casas y tu vecino cuatro, vives en la miseria. Es decir, que con esta técnica llegamos a la conclusión de que hay millonarios que son pobres y paradojas por el estilo, luego la técnica es mala.
Por el contrario, en un barrio de un país comunista en el que nadie fuera propietario de nada, todo el mundo cobrara un mísero salario estatal idéntico y existiera una cartilla de racionamiento para 1 kilo de carne y 10 barras de pan al mes, aquí no habría pobreza según esta misma técnica de medición.
Incluso en España, teniendo en cuenta que el salario medio ronda los 23.000 euros, habría que considerar que todos los mileuristas, cuyo sueldo supone el 60% del salario medio, viven en la miseria, lo cual parece bastante excesivo.
Es decir, el sistema de medición está concebido, deliberadamente o no, para premiar un sistema socialista, aunque pueda haber más pobreza en el sistema socialista que en el de libre mercado. No se castiga la pobreza sino la desigualdad. Para el estudio, o para quienes han elegido los indicadores (por otra parte los habituales en este tipo de estudios), es mejor tener todos 5 a tener 7 pero que tu vecino tenga 12, lo cual es absurdo.
Privación material severa
Por el contrario, existe otro indicador mucho más objetivo para medir la pobreza que se denomina “privación material severa”, que según la UE es el que se produce cuando un hogar carece de 4 ó más de los siguientes elementos: estar al corriente de pago de la hipoteca o alquiler y facturas corrientes, tener una temperatura adecuada en el hogar durante los meses de invierno, irse de vacaciones fuera de casa al menos una semana al año, una comida de carne, pollo o pescado al menos cada dos días, capacidad para afrontar gastos imprevistos, teléfono, televisión en color, lavadora y coche.
Este concepto se parece mucho más a lo que todos podemos entender realmente por pobreza.
¿Cuál es el porcentaje de personas que viven en situación de “privación material severa” en España?
Pues, sorpresa, aunque no es la parte del informe en que suelen fijarse los medios, este dato suele aparecer en todos ellos. En el informe de Cáritas Europa el denominado SMD (Severely Materialy Deprived, o Privación Material Severa) suele oscilar, según regiones españolas, entre 5% y el 10%.
¿Por qué no se usa este indicador? Pues porque para dar impacto mediático a un informe es mucho menos espectacular, no genera indignación, no alimenta la revolución, moviliza menos votos y vende menos periódicos.
El mito de que el 1% de la población tiene el 99% de la riqueza
Otro de los clásicos en los informes con los que las ONG suelen nutrir los titulares de los medios es el de que el 1% de la población tiene el 99% de la riqueza. El dato que utilizan las ONG, además, en este caso suele provenir de un estudio anual de Credit Suisse, con lo que la fuente parece inapelable. ¿Pero qué dice realmente ese informe?
El dato más llamativo suele ser que el 0,7% más rico de la población tiene el 44% de la riqueza. Esta cifra, en los titulares de los medios, por redondeo se convierte generalmente en que el 1% de la población tiene el 50% de la riqueza, o que tiene casi más dinero que el otro 99%, lo cual en la mente del lector equivocadamente se puede traducir como que el 1% de ricos tiene el 99% del dinero, en vez del 50%. Pero hay más.
Aunque esto ya no suele aparecer en titulares, resulta que el 8,6% de la población tiene el 85,3% de la riqueza. Sin embargo no pensemos que estamos hablando de unos pocos ricos, sino que hablamos de 415 millones de personas.
Yendo un paso más lejos aún, el 30% de la población tiene el 97,1% de la riqueza, y aquí ya estamos hablando de más d 1.400 millones de personas. ¿Qué es lo que sucede entonces? Pues que el 70% de la población restante sólo tiene el 2,9% de la riqueza.
¿Han visto el truco?
Si uno se detiene en los datos del estudio, resulta que el 70% de la población tiene sólo el 2,9% de la riqueza. Es decir, que puede decirse que el 1% de la población más rico tiene más riqueza que el 70%, pero es que también lo tendría el siguiente 2%, el siguiente 3% ó el siguiente 20% hasta el 30%. Dicho de otro modo, hay un truco en toda la presentación de los resultados consistente en que podemos separar el mundo en dos. Hay un 30% que tiene el 97% de la riqueza (el Primer Mundo) y un 70% que tiene el 3% (El Tercer Mundo). Puesto que en la caja del 70% no hay casi nada, cualquier muestra que tomemos del otro 30% tendrá más que todo el otro 70%, no sólo el 1% más rico de ese 30%.
Incluso con estas puntualizaciones, ¿de qué hablamos cuando hablamos de “riqueza”? En este informe resulta que hablamos de patrimonio, no de lo que gana cada uno, lo cual ayuda a distorsionar el resultado. Por ejemplo, puesto que Uxue Barcos tiene patrimonio cero, en teoría está entre ese 70% de los más pobres de la Tierra que entre todos sólo tienen el 3% de la riqueza. Lo mismo pasaría a cualquier persona que ganara 100.000 euros al año, pero viviera de alquiler y se gastara todo el resto del sueldo ¿Ven cómo la cosa tiene truco?
Si alguien gana en España sólo lo suficiente para cubrir las necesidades básicas, pongamos 800 euros, y otro gana 1.000 euros, sobre el papel uno podrá ahorrar 200 euros al mes y otro nada. Al cabo de 10 años, digamos que el que gana 800 euros consigue ahorrar un euro, aunque sólo sea porque se lo encuentra tirado en la acera. Paralelamente, el que ganaba 1.000 habría ahorrado 24.000 euros. Es decir, sería 24.000 veces más rico que el otro, harían falta 24.000 de los primeros para igualar el patrimonio del segundo, etc. Sin embargo, si presentamos las cosas de este modo estamos exagerando grotescamente la pobreza del que gana 800, la riqueza del que gana 1.000 y la diferencia que existe entre ambos. Las cosas no son tan tumbativas como parecía al principio y ninguno de los dos está pasando hambre. En el Tercer Mundo hay mucha gente que no tiene patrimonio, pero tampoco pasa hambre.
Más aún.
El salario medio de un trabajador español ronda los 24.000 euros, el de un cubano ronda los 240. Es decir, si juntamos a un español y 99 cubanos se podría titular que el 1% cobra más que el otro 99%. ¿Pero dónde está el problema? ¿En España o en Cuba? ¿Qué es lo que no funciona? ¿Hay que rebajar el sueldo del español a 240 ó hay que subir el de los cubanos a 24.000? O dicho de otro modo, ¿se trata de que España se haga comunista o de que Cuba se haga capitalista?