Para la izquierda lo importante no es la economía, lo importante son sus valores, sabe que los principios morales son los que organizan jerárquicamente las necesidades de los ciudadanos. ZP siguió consecuentemente su plan: la liberalización del aborto, restricciones a la libertad religiosa, adoctrinamiento en las escuelas. Se centró en bascular lo ideológico a su favor, para ello no le importó, abusar del pacifismo simplón, su sectaria memoria histórica, exageró el cambio climático, financiar su sectaria solidaridad apoyando a los suyos, siempre entendió que sus enemigos son la derecha y la iglesia.
A los políticos les deberíamos exigir que fuesen más explícitos en sus políticas de largo plazo ¡quizás así! reducirían su populismo e intervensionismo. La creciente intromisión del Estado – con la extensión de la cultura del subsidio- es un factor que entorpece la consolidación democrática. Necesitamos tener conceptos claros que nos permitan analizar la complejidad de un mundo cambiante. Huntintong acuñó el de gobernabilidad, al distinguir que lo más importante no es la forma de gobierno, sino el grado de gobierno. Una sociedad democrática necesita una real división de poderes, donde funcionen los contrapesos que dan en la práctica gobiernos complejos, que evitan en gran medida la inestabilidad. La gobernabilidad será más fácil en estados: que no sean muy extensos y que cuenten con más sociedad civil.