Derecha navarra en la República

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Era mayoritaria en toda la provincia, salvo en la Ribera y en alguna zona de la montaña. Con claro predominio carlista, ya que Unión Navarra, que estaba asociada a la CEDA, era minoritaria. El PNV que anduvo con unidad de acción con el resto de la derecha (ya en 1921 estuvo aliado con los jaimistas en la Alianza Foral) más tarde evolucionó hacia posturas más posibilistas y republicanas.

La República asustó a todas las derechas, incluido el PNV. Desde el inicio se vivió como una verdadera amenaza, a causa de toda la legislación secularizadora y socializante. Inmediatamente se formó el Bloque de Derechas, que unió tanto los tradicionalistas como los conservadores, ya que todos eran católicos y antiliberales. Los carlistas tenían una mayor sensibilidad social, y los conservadores, claramente muy poca.

Las tres ramas carlistas con su unión en 1932 en la Comunión Tradicionalista. alcanzó un fortalecimiento muy importante. La Falange en Navarra antes de la Guerra Civil, apenas tuvo incidencia. También tuvo mucha importancia el Diario de Navarra que aglutinaba a los sectores más importantes de la derecha económica.

La Unión Navarra, liderada por Rafael Aizpún y Miguel Gortari, se desarrollo sobre todo en la Ribera, donde era menor la implantación del Carlismo, no era un partido al uso, sino una agrupación de ciudadanos reunidos para defender los principios cristianos amenazados.

También tuvieron especial importancia para aglutinar a la derecha política, las distintas asociaciones católicas, como la Acción Católica (reorganizada en 1932), la Asociación Católica de Padres de Familia (para la defensa de la enseñanza católica contra el laicismo) que paso de 360 afiliados en 1931 a 5058 en 1933, la Liga de Jóvenes Navarros (Pro Defensa de los Intereses Religiosos), y la Asociación para la Defensa de los Religiosos Vasco Navarros (ADRVN), que contaba en su junta directiva a numerosos dirigentes del carlismo y de Unión Navarra, entre sus miembros figuraban el abuelo Víctor Morte (Tudela), Julio Arpón (Peralta), Enrique Sánchez (Cirauqui), Gabriel Aldaz (Tafalla), Miguel Ulíbarri (Allo), y como presidente Juan Pedro Arraiza, todos ellos carlistas… Eran muchos los dirigentes carlistas que conexionaron las asociaciones católicas con la acción política como José Martínez de Berasáin, presidente de la Adoración Nocturna de Pamplona, perteneció a las juntas directivas de ACPF, la ADRVN, de la “Cultural Navarra” que dio cobertura para evitar el cierre del colegio de los Maristas de Pamplona, sorteando la legislación republicana, y también presidio el Bloque de Derechas, y fue más tarde presidente de la Junta de Guerra Carlista. Podemos establecer similares conexiones con José Sánchez Marco, del Partido Integrista, y también con Francisco Jiménez, Mario Ozcoidi, Víctor Eusa, Luís Arellano, Esteban Ezquerra, Jaime del Burgo… todos ellos carlistas y… que en conjunto dotaban a la derecha de una enorme capilaridad en la penetración social.

Datos sacados de: “Catolicismo Político y Movimiento católico en Navarra”. Javier Dronda UPNA y
“Navarra ca.1900-ca.1975”. José Andrés-Gallego y Pedro Pegenaute Garde

Elecciones municipales del 12 de abril de 1931

En todas las elecciones de los años treinta en Navarra, se reflejó durante toda la república una amplia y constante mayoría del bloque de derechas. Esta fue incluso incrementándose en las diversas convocatorias electorales que se llevaron a cabo. Así, el voto de derechas pasó del 63,2% en 1931 (resultados obtenidos por la coalición católico-fuerista, que agrupaba a toda la derecha navarra, incluyendo al PNV) al 71,6,% de los votantes en 1936 (ya sin el PNV).

La hegemonía derechista solo se veía alterada en la mitad sur de Navarra, sobre todo en los pueblos de la Ribera. En 1931 la Conjunción Republicano-Socialista estaba bien implantada en toda la Ribera, Tafalla, Pamplona, Alsasua, Olazagutía, Yesa, así como en los valles de Salazar y Roncal, aunque no siempre con mayoría. Solo la Ribera era mayoritariamente de izquierdas.

En Pamplona, se repitieron las municipales y por escaso margen, ganaron la “Conjunción”, y el republicano Mariano Ansó fue elegido alcalde. Tudela, la segunda ciudad en población de Navarra, también había quedado en manos de la conjunción.

Sin embargo, las elecciones del 12 de abril habían supuesto un rotundo éxito de la derecha en el conjunto de Navarra, que obtuvo 765 concejales (77%) frente a los 134 de la izquierda (13%). La instauración de la República trajo también la disolución de la Diputación Foral, nombrando el gobierno una gestora compuesta por republicanos y socialistas.