30 septiembre 2013
¿Pero las ikastolas recortan sueldos?
Allí donde las ven, las ikastolas también recortan los sueldos. Como todo el mundo sabe, en 2010 el gobierno socialista decidió recortar un 5% el salario de los funcionarios. Un recorte que se extendió a los empleados de la educación concertada. Pues bien, las patronales de las ikastolas concertadas, Partaide y la Federación de Ikastolas de Navarra entre ellas, también aplicaron el recorte a sus empleados. Pero hete aquí que los trabajadores protestaron ante los tribunales y a finales del año pasado el Tribunal Supremo les dio la razón, de forma que los centros tendrán que abonar como puedan los salarios ilegalmente recortados.
No obstante, antes de que el Supremo dictara sentencia, el generalmente aguerrido sindicato LAB alcanzó un acuerdo muy particularmente pacificador con la patronal de las ikastolas vascas. En concreto, este acuerdo de 2011 determinaba que se devolverían los recortes de 2010 pero:
- Aunque las ikastolas reconocían la deuda económica por el resto de salarios posteriores a 2010, el pago quedaba supeditado a futuras negociaciones y la existencia de financiación pública.
- Al aceptarse este acuerdo se retiraban las reclamaciones presentadas y se alcanzaba el compromiso de no presentar más.
- En caso de que el recurso judicial presentado ante el Supremo diera la razón a los trabajadores, como así fue posteriormente, estos (como explicaba el mismísimo sindicato ELA) tendrían que renunciar al derecho reconocido por el convenio y la sentencia.
Salta a la vista que LAB puede resultar un sindicato de lo más razonable con la patronal, cuando no le interesa causar problemas a una empresa concreta.
En Navarra, sin embargo, las aguas parece que bajan notablemente más revueltas.
Por un lado, existe desde hace tiempo una guerra abierta por el control de las ikastolas entre los sectores más afines a Geroa Bai y los más afines a Bildu.
Entre estos sectores se ha colado en los últimos tiempos la sentencia del Supremo, porque la Federación Navarra de Ikastolas dice que no hay dinero para restituir todos esos salarios.
En Navarra las ikastolas se han encontrado notablemente sobrefinanciadas respecto al resto de centros públicos y privados, al recibir financiación no sólo del Gobierno de Navarra sino de los Presupuestos Generales del Estado, del gobierno vasco, de la Diputación de Guipuzcoa, del Nafarroa Oinez… de este modo el dinero llega mucho más lejos que la demanda real de vascuence y se abren ikastolas en localidades navarras donde nunca podría abrirse un humilde colegio concertado, no digamos uno de educación diferenciada, por ejemplo. Por paradójico que parezca, quienes denuncian una supuesta persecución financiera del vascuence en Navarra presumen de haber invertido 30 millones de euros en levantar ikastolas en los últimos 15 años.
Así y todo, pese a la pluralidad de fuentes de financiación de la que gozan, los recortes pasan factura en los últimos tiempos a su ambicioso plan de expansión por la zona no vascófona de Navarra. Según informaba hace unos meses el diario Gara, pese a todas las ayudas, en 2013 el déficit de las ikastolas de Tudela, Lekumberri, Viana, Lodosa, Tafalla y Sangüesa asciende a 863.000 euros, y está previsto que en 2016 llegue a 1,03 millones.
La carencia de recursos encona la pugna entre las dos “sensibilidades” nacionalistas que se disputan el control de las ikastolas navarras. Fruto de este encono empiezan a trascender detalles del conflicto, como los descritos, empezando por la misma existencia del conflicto. Un conflicto larvado desde hace años que se hizo patente en 2009 cuando las ikastolas navarras se descolgaron de un proyecto para formar una cooperativa europea común, bajo cuya amable envoltura se creyó ver una maniobra de LAB para hacerse con el control de todas las ikastolas en una única estructura.
Desde entonces han venido sucediéndose las escaramuzas, como cuando en el Oinez del 2012 la Federación Navarra de Ikastolas cargó contra la gestión de la ikastola de Lodosa, deudora de una gran aportación económica de Bildu a través de la Diputación de Guipúzcoa, claro que esta aportación previamente servía de excusa para acusar a la Federación de tener abandonada esta ikastola.
En este momento, tras todo el conflicto desatado en relación con los salarios por la referida sentencia, es la negociación de un nuevo convenio lo que envenena las relaciones de la Federación Navarra con los empleados y sindicatos. No parece que la lucha interna por el poder se encuentre, una vez más, al margen de este conflicto con los trabajadores, en el que la Federación amenaza incluso, se dice, con hacer uso de la reforma laboral del PP y aplicar el convenio estatal a las ikastolas concertadas.
Quién iba a pensar que en las ikastolas no sólo había recortes y conflictos laborales, sino luchas cruentas entre familias nacionalistas y política, sobre todo mucha política. Eso sí, bajo el inatacable blindaje del vascuence y la cultura.