Más euskera, menos biblioteca

25 septiembre 2013

Leíamos todos este fin de semana que “los recortes cierran la biblioteca de la UPNA los fines de semana”. No obstante, en época de exámenes sí se abrirá los fines de semana. Sin embargo, ¿es cierto que son los recortes los que cierran la biblioteca?

Pues sí y no.

Evidentemente, si el gobierno tuviera recursos infinitos podría dedicarlos a abrir la biblioteca, a uniformar de Armani a los bedeles o a montar una facultad de Medicina. Que por cierto, malamente se comprende que se esté reclamando al mismo tiempo abrir una facultad cuando no se tienen recursos, supuestamente, ni para abrir la biblioteca los fines de semana.

El caso, sin embargo, es que el gobierno no tiene recursos infinitos. Es más, atraviesa una caída estructural de los ingresos públicos acompañada de una alarmante situación de déficit y crecimiento descontrolado de la deuda.

Por tanto, sí: el cierre de la biblioteca es culpa de los recortes y de la mala suerte de vivir en un universo con bienes escasos y recursos finitos.

Ahora bien, también nos hacíamos eco la semana pasada del hecho de que la UPNA,en los últimos años y en plena crisis, ha pasado de impartir 120 asignaturas en vascuence a impartir 200.

El bilingüismo tiene un coste

Obviamente, si todas las asignaturas se impartieran en euskera prácticamente sería como si hubiese dos universidades, duplicando los costes. A lo mejor no tenemos recursos suficientes en una comunidad de poco más de 600 mil habitantes para tener tres universidades, tres facultades de Medicina, etc. Por otro lado, puesto que todos los alumnos conocen el español, que una asignatura se imparta en vascuence no es una necesidad.

Es decir, que no habiendo dinero para todo, a la hora de elegir para qué sí y para qué no hay dinero, se hace una elección. Para impartir asignaturas en euskera sí, para abrir la biblioteca los fines de semana no. O dicho de otra manera: con el mismo presupuesto que otra universidad, una universidad bilingüe puede hacer menos cosas. Por esta razón, quien legítimamente decide que el bilingüismo no es recortable es quien luego menos puede escandalizarse porque en otras partidas del presupuesto se hagan recortes.