Daniel Celayeta
22 mayo 2016
Durante demasiado tiempo el PP y el PSOE han estado alabando los oídos de los electores. Prometiéndoles el oro y el moro, les anunciaron un futuro feliz y esplendoroso, hablaron de derechos y omitieron las obligaciones. Muchos creyeron que alcanzarían el Reino de Jauja, la abundancia y la ausencia de dolor. Pero llegó la crisis y con ella paro, conflictos y desconcierto. Las falsas promesas explican porqué en un país tan desarrollado –España- tengan tanto apoyo los Populismos. Los partidos instalados se olvidaron de la importancia de las Ideas, uno se equivoco al centrar su mensaje en los temas económicos, el otro alentando un “cambio” simplista y vacuo, que les dejó en manos de radicales e independentistas.
Podemos empezó su andadura en laTuerka, continuó en la Sexta y la Cuatro expandiendo sus mensajes venenosos, unas ideas fuerzas que por sencillas les son muy útiles: atacan a los “viejos partidos”; pintan un panorama “lleno de dolor y de pobreza”; señalan a los culpables que denominan “la Casta”, dividiéndonos a todos entre víctimas y victimarios. La Casta presentada como muy reducida frente a los más, los agraviados, son mensajes transversales que simplificando las cosas consiguen una reacción emocional a favor de ellos. Podemos se presentan como “los héroes” “los denunciantes”. Podemos enfoca la campaña del 26J con ataques directos hacía el Partido Popular. Podemos se presenta “con todo el morro” diciendo que él es la ley y el orden y el PP el partido antisistema. Dicen que el sistema actual “favorece a los privilegiados, dejando de lado a la mayoría social”. Con mensajes simplistas buscan conformar una mayoría social.
Contemplan el 26J como su “segunda oportunidad para acabar con las políticas de PP”. Planteando el pulso electoral entre Podemos y el Partido Popular, dicen que contarán con Sánchez, que en el PSOE hay gente muy valiosa que quiere gobernar con ellos. Apelan a los votantes de “corazón socialista”, para conseguir el sorpasso. Contemplan como caduco el régimen salido de la Constitución del 77 quieren instaurar uno nuevo en el que se priorice el respeto por los derechos constitucionales “como el derecho a la vivienda, la sanidad y la educación”, parece que acaban de inventar la pólvora.
En España no estamos tan mal como dicen, en su imaginario lo pintan todo en negro. Cierto que ha habido mucha corrupción, cierto que el paro afecta a los jóvenes y muchos han emigrado. Cierto que muchos catalanes y vascos son independentistas. Cierto que han avanzado muchas ideas disgregadoras de la familia. Cierto que necesitamos reformas políticas. Pero también hacemos muchas cosas bien, no se dice que el papel de las familias como soporte de la crisis sigue siendo clave, que como latinos somos flexibles, que nos adaptamos con facilidad, que tenemos entereza para afrontar las dificultades. Que nuestro PIB esta creciendo. Que hay menos paro. Que exportamos más. La crisis ha demostrado que tenemos una piel dura y flexible, que somos más capaces y mejores de lo que mucha gente siente. Conocemos que la felicidad depende más de los afectos personales y de las cosas cercanas, que son las que realmente nos importan.
Pero lo cierto y verdad es que millones de españoles están dispuestos a dar su voto a Podemos para que desborde al PSOE e intente hacerse con el poder, necesitando para ello del apoyo de socialistas e independentistas. La única explicación lógica es por el gran cabreo de muchos españoles con el PP y PSOE, les quieren mostrar su enojo votando a cualquiera antes que a ellos, sin importarles las consecuencias. Una reacción visceral por encima de líneas ideológicas y de intereses individuales. Muchos españoles están dispuestos a votar a Podemos no porque quieran para España un régimen como el venezolano, griego o iraní. Lo único que quieren es sustituir a los que vienen mandado por otros, con los que confían que no les vaya peor.
El espectro de votos que recogió 20D Podemos fue muy interclasista, trataran que nos les reste apoyos el acuerdo con IU, ya que les votaron desde todos los barrios y todas las capas sociales. Les apoyaron por las denuncias contra la corrupción, contra la desigualdad y la lucha por la sanidad, educación y vivienda, que insisten que están muy deterioradas. No alardearan de sus propuestas más de izquierdas, son lobos con piel de cordero. Por ello deberemos emplear argumentos sutiles y valientes, la sal gorda no hace mella en sus seguidores. Necesitamos que la gente los vea actuar, vean sus incoherencias y sus limitaciones. Hoy están más expuestos por su mucho poder acumulado en los Ayuntamientos. Después de unos años vemos el bajón de los Populismos en América. Para desenmascararlos hay que ser contundentes y en las denuncias coherentes, dando ejemplo de vida, no amparando sino denunciando a corruptos y vividores. En el 24M se les facilitó demasiadas palancas de poder, hoy necesitamos que un PSOE derrotado el 26J reaccione y no de tantas facilidades a los Populistas. Muchos votarán pensando en parar el temible ascenso de Podemos.