Recuerdan los actuales apóstoles del vascuence a los troskistas de aquellos años de facultad, al final de los años 60. Estos eran buenos chicos, muy conocidos por los argumentos repetitivos, de sus discursos políticos. En las asambleas ¡daba igual qué cosa se discutiese!, o ¡en que circunstancias! ellos repetían una y otra vez, la misma canción, la causa de todo, era la explotación capitalista, y la solución, la revolución permanente. La realidad la veían y sentían de manera distinta, a los demás. Ellos siempre contentos, al repetir sus monsergas y el resto de estudiantes nos quedábamos, con dolor de cabeza. Los euskaldunes en la mayor parte de Navarra viven en una realidad muy diferente a la de su habitat soñado, y para acortar distancias, buscan, potencian, fabrican, empujan, todo tipo de manifestación popular, con tal de que tenga alguna relación, con una pretendida identidad vasca, anelan y fabrican un Eusko Matrix, así se empeñan en importan costumbres no enraizadas, pero con su repetición militante, año tras año, pretenden demostrar a propios y extraños, que en algún año, o ¡desde los tiempos de Maricastaña! por estas tierras del cierzo, éramos algo vascos. Aunque los navarros ¡tan cabezotas! no nos enteremos de las cosas zarras.
No entienden, que no aplaudamos, la recuperación de tradiciones para la mayoría de nosostros extrañas, como la del carbonero de Lesaca, que muchos nunca conocimos en nuestra niñez. Fortalecen sus argumentos y posiciones, con todo el apoyo logístico, que emana desde los poderes mediáticos, del nacionalismo vasco. Fomentan la cultura de su Euskal Herría irredenta, desde la ETB y sus radios. Tratan de empujarnos, desde hace 30 años, para que aceptemos de forma natural, el Olentxero, las danzas, las korrikas con su testigo ikurriña, incluso con la profusión de todo tipos de letreros en euskera. Conocemos nosotros, y saben ellos, de las dificultades objetivas de euskaldunizar muchas zonas de Navarra. Muchos hasta ahora por no ser faltones, no les discutíamos sus ensoñaciones. Por el contrario, adoptábamos una postura liberal. Nos callamos, soportando sus numeritos, con una sonrisa. Ellos por el contrario, erre que erre, a redoblar el tambor, a potenciar cosas que les hace soñar con una realidad distinta, a la que es. Ahora que es su leive motiv desde el Gobierno del Kambio la cosa es distinta, están acelerando su Eusko Matrix. El vascuence, debería ser un tema cultural, que lo estudiase y utilizase el que quiera en libertad ¡no tendríamos ningún problema! para convivir amablemente con él, e incluso sentir simpatía.
A la mayoría que no tenemos ni sentimos la cultura vasca, nos daría igual ¡cualquier manifestación de moteros, de budistas, de rocieros, de chinos, o de vascos!. Siempre debemos respetar las ideas de los demás ¡faltaría más!. Pero la realidad hoy es mucho más complicada. El problema es la utilización por el nacionalismo del vacuence como el principal medio de construcción nacional vasca. Tanto el nacionalismo democrático como también los amigos de ETA, tienen la estrategia de incluirnos en su mapa. Trabajan por un Estado Vasco, que supone la desaparición de la Navarra actual, y su separación de la España democrática. El actual Cuatripartito no se enteran que una cosa es ser respetuosos, con las ideas de todos, y otra ¡ser ingenuos! ya que los pro euskaldunes trabajan de manera infatigable, como los antiguos troskistas, por el cambio radical de la realidad. No se enteran que a la mayoría de los navarros nos gusta como somos. Ni nos sentimos oprimidos, ni colonizados. No estamos confusos en lo cultural. No nos consideramos ni superiores ni inferiores, respecto a todos nuestros vecinos.
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