Hay verano

Hay verano, Itoiz y Yesa siguen en pie y el Polo Norte no se desheló

22 agosto 2013

Después de un interminable invierno (Navarra es Mordor, etc), nos dijeron que no iba a haber verano.

Que al frío en invierno y al frío en primavera le seguiría el frío en verano.

Pero que además eso iba a pasar por culpa del calentamiento global.

O sea, que si hace calor es por culpa del calentamiento global.

Aunque si hace frío también es culpa del calentamiento global.

No digan que la teoría no es a prueba de fallos.

Y no sólo era que este año no íbamos a tener verano, sino que ya nunca íbamos a tener verano porque el calentamiento había cambiado las corrientes de aire en el Polo y era ya un fenómeno irreversible y tendríamos que acostumbrarnos a pasar frío en verano.

Pues bien, al final estamos teniendo un verano perfectamente normal.

Es decir, un poco anormal.

O sea, lo típico.

Si tiene usted un apartamento en segunda línea de playa, pues tendrá que seguir esperando.

¿Qué hacemos ahora con la teoría de que no iba a haber verano por culpa del calentamiento global?

Lo cual nos hace recordar que hace unos años se pronosticó que en 2013 se derretiría en verano todo el hielo del Polo Norte.

Pues bien, de eso nada.

De hecho, este año hay más hielo que los anteriores.

Por no hablar del Polo Sur, que año tras año acumula más hielo tanto en invierno como en verano. En conjunto, entre los dos polos hay más hielo ahora que hace 25 años.

Y encima, aunque nos decían que había que evacuar Sangüesa a toda prisa, resulta que han pasado nuestras vacaciones y tampoco ha reventado ninguna presa.

Que también es mala suerte, teniendo en cuenta que el experto que pronosticó la catástrofe ha vaticinado la rotura de todas las presas de España. Y nada, todas ahí desafiando osadamente al profeta.

Lo sabemos, estamos metiendo en el mismo saco bastantes cosas distintas.

El caso es que, de algún modo, el tiempo corre en contra de las predicciones catastrofistas. Si uno pronostica una catástrofe y pasan los meses y los años sin que pase nada, la profecía se debilita.

Y la gente empieza a preguntarse cuánto había de conocimiento y cuánto de estafa política.