Daniel Celayeta 11 noviembre 2016
Ya hablamos de Hillary en la pasada clave del 16 de octubre. Con la elección de Trump se ha montado un buen Belén. Ni los favorables ni mucho menos los progres se lo esperaban. Lo que está claro es que las herramientas tradicionales de análisis han fracasado, ya que nos mostraron un sesgado Matrix informativo ocultando parte de la realidad. Por eso la sorpresa ha sido mayúscula y se han dado de bruces con una realidad inesperada ¡a muchos tontos les recordaran lo de los billetes para Canadá!
Han fallado los politólogos, las encuestas, Hoolywood, las celebrities, la unanimidad de todos los medios que todos estuvieron a favor de Hillary. Los medios obligan a miran la realidad según sus nuevos valores dogmáticos y han ocultado parcialmente las noticias de cómo los Obama y los Clinton han mantenido una agenda radical contra los intereses de muchos americanos. No han contado que para muchos americanos el gobierno Obama ha sido un mal gobierno con una mala gestión, con corrupción que afecta a Hillary y a su familia, junto a posturas fuertemente abortistas y anticatólicas que han provocado resistencias cada vez mayores por todos ellos silenciadas.
Se olvidaron que llevamos 8 años de crisis económica con pérdidas para las clases medias y para muchos asalariados que tienen un fuerte malestar. Se olvidaron que llevamos muchos años con la monserga de la política de genero, del matrimonio homoxesual, del ecologismo barato, de sufrir las imposiciones del LGTB, del aborto subvencionando al Planned Parenthood, de arrinconar a los cristianos. Por eso los instrumentos intelectuales de análisis no han sido útiles porque la sociedades están atomizadas pero tienen ganas de resistir a las imposiciones del establishment.
Se equivocaron al hablar de latinos, de negros o blancos como sectores homogéneos, son análisis demasiado simples. La vida tanto para hispanos como para negros no ha trascurrido igual entre ellos. Un negro no tiene porque identificarse con los intereses de su vecino negro, sino que lo más probable es que tenga intereses distintos. Demasiados periodistas poco formados -metidos a analistas- reflejan una falta de conocimientos básicos en materia de humanidades que son las que ayudan a entender lo que ocurre delante de sus narices. Las humanidades han sido relegadas últimamente por los gurús que sólo valoran lo económicamente rentable a corto plazo.
Contra viento y marea Trump ha irrumpido de manera radical contra el establishment, logrando que le hayan votado muchos porque ha despertado en ellos sus sentimientos y sus emociones, porque les prometió recuperar el poder adquisitivo perdido, la autoestima y una mayor seguridad en el futuro, al volver a un discurso que apoya los valores más tradicionales y nacionalistas. Trump apoya la lucha contra la corrupción, prometió una política próvida y un Tribunal Supremo más tradicional, para parar la ofensiva progre. Sí que buscó el apoyo de los americanos blancos y rurales pero no sólo de ellos, sino que entre sus votantes hay muchos universitarios, muchos latinos, muchos negros, muchas mujeres, todos ellos también le han votado. Los progres de allí y aquí, que son legión, no entienden lo que ha ocurrido porque tan solo se quedan con los “cortes” de las peores y más hiperbólicas intervenciones de Trump, que con cortes de viejas conversaciones privadas, lo muestran como un tipo machista, faltón, pendenciero. Cierto que no son cualidades correctas, pero la progresía con grandes aspavientos las eleva a la categoría dogmática y las condena sin paliativos. Con esta sal gorda no se han enterado que la mitad de la población norteamericana –gente de todo pelaje- apoya a Trump, porque también denuncia las políticas chinas de manipulación del valor de su moneda para favorecer sus exportaciones y hundir las americanas, por eso quiere un cierto proteccionismo para USA. Quiere liberalizar el sector energético, propone rebajar los impuestos, en sociedades bajara el tipo del 39% al 15% con lo que muchas empresas volverán a tributar en USA. Se cargará el sistema sanitario de Obamacare que lo había encarecido. Potenciará el cheque escolar, etc.
Hillary contó con mucho más dinero y con todos los medios, Trump con la décima parte de los de Hillary, pero al final la democracia se ha hecho grande porque no todo lo dicta el dinero, ni lo previsible. Con Trump cometieron la torpeza de demonizarlo de una manera grosera y pensar que con eso bastaba. Sus votantes no les creyeron, no se han amilanado, sino que han sido astutos y han ejercido su voto democrático en libertad. Quizás las cosas no sean tan extremas como las que nos presentan una elección entre una América Abierta y otra Aislacionista, nunca las soluciones son fáciles ni mágicas para los problemas complejos. Lo que parece claro es que existe una brutal desconfianza hacia los políticos profesionales, hacía las élites, hacia los periódicos y las cadenas tv.
Con la crisis se ha visto a las claras que las cargas económicas no han estado bien repartidas, que se ha penalizado a las clases medias y trabajadoras en gran medida. La realidad es que desde la llegada de la crisis en 2008 todo está trastocado, al principio no se percibió pero ahora está claro. Se lleva ya mucho tiempo votando por la alternativa menos mala, con las narices tapadas como mal menor. La crisis ahondo la separación entre representantes y representados, evidenció el poco aprecio por los políticos situados, demasiado condescendientes con los poderosos, esto afecta al sistema político que está seriamente cuestionado en todos países desarrollados.
Desde el final de la llª Guerra Mundial hasta antes de la crisis no ocurrían estas cosas, los unos sustituían a los otros en el Gobierno después de procesos electorales en las naciones desarrolladas y democráticas. Lo de ahora nos anuncia que está en crisis el modelo, que la globalización tan solo pivota a favor de las grandes corporaciones y de los viejos y nuevos lobbys. La reacción ante la larga imposición foránea de valores no tradicionales está produciendo la defensa del estado nación, la defensa de sus señas de identidad, caso de la Rusia de Putin tan demonizada por la progresia y que ahora tendrá como aliado a Trump, con menor tensión bélica y mayor disgusto yihadista.
En EE.UU los partidos no son como aquí, los congresistas y senadores se deben a sus electores más que a sus partidos y casi todas las leyes se tiene que negociar. A pesar del dominio nominal republicano se tendrán que negociar muchas cosas y va a tener muchísima importancia la calidad del equipo con que se rodee Trump, su Vicepresidente tiene buena formación y competencia. Hay que tener confianza que este giro en EE.UU sea bueno para todos en el medio plazo.