Acuerdo PSOE-Ciudadanos
Parece que podría ser cuestión de días, si no de horas. Que aún quedan flecos por tratar. Todo indica que Pedro Sánchez llegaría a su investidura sin un acuerdo cerrado que le garantice la Presidencia del Gobierno. La única abstención que podría permitir que este intento saliera adelante sería la del PP, pero este partido parece decidido a votar en contra de la formación de cualquier Ejecutivo que no tenga a Rajoy como presidente.
El inminente acuerdo entre PSOE y Ciudadanos va a ejercer una enorme presión sobre el PP, partido que, no pudiendo alcanzar la Presidencia, sí puede influir de manera decisiva en los apoyos que obtengan los socialistas. Se trata de salvar a España de un gobierno con Podemos. Sería un motivo de escándalo es que el PP sumara sus votos a los de Podemos y los separatistas contra un Gobierno constitucionalista para forzar unas nuevas elecciones que nada desatascarían mientras el PSOE se resista a que el PP presida nuevamente el Gobierno o mientras el PP se resista a que lo haga un socialista.
En su intento de retener el poder, Rajoy no se ha cansado de señalar las muchas semejanzas que tienen el PP, el PSOE y Ciudadanos. ¿Esas semejanzas desaparecen cuando no es él el candidato a la presidencia? Otro tanto se podría decir de lo que el todavía presidente del PP ha manifestado respecto de podemitas y separatistas. ¿Con qué legitimidad iría el PP a agitar el miedo a Podemos si votara como ellos contra el PSOE y Ciudadanos?
La negativa del PSOE a dejar que el Gobierno lo presida el partido más votado, por criticable que sea, no hace buena la negativa del PP a que lo presida un socialista con el apoyo de Ciudadanos. Demasiado tacticismo cortoplacista y ansias de poder. Los socialista lo tienen muy difícil. Es una tontuna lo de elegir «entre el bloque del cambio» o «el bloque del inmovilismo encabezado por Rajoy y los independentistas.
Todo el posturno del Psoe y demás grupos están todos en la pomada. El Psoeintenta parar con dureza a Pablo Iglesias, que ha exigido a Pedro Sánchez que abandone «la prepotencia y la arrogancia» si quiere negociar con él. Como ha asegurado el socialista Óscar López,que es una «broma de mal gusto», que Iglesias «hable de humildad y de soberbia», sugiriendo que él si que es un soberbio.
Iglesias, quiere dirigir una Vicepresidencia que controle el CNI, el BOE, la lucha contra la corrupción, los fiscales, la Secretaría de Estado de Comunicación o RTVE. En sus negociaciones con Ciudadanos, IU, Compromís o el PNV para constituir «el bloque del cambio» asegurando, que suman ya 142 diputados.
Por ello, ha vuelto a instar a Podemos a sentarse a negociar con el PSOE. La comisión negociadora de los socialistas lleva 12 días esperando a poder hablar de programa con el partido morado, pero Iglesias exige que antes se vuelva a producir otra reunión entre él y Sánchez.
¿Por qué Podemos tiene la sartén por el mango?
El dilema de Podemos es decidir si es mejor aprovechar la debilidad de Sánchezpara lograr una cuota de poder paritaria en un Gobierno de coalición o hacer fracasar la negociación para forzar nuevas elecciones y así sobrepasar a los socialistas.
Quizás por sus incógnitas con su aliados en Galicia, Cataluña y Valencia le interesa la primera de las opciones. En su papel como vicepresidente/consejero delegado de un ejecutivo en el que Sánchez sería casi una figura decorativa. Piensa que éste tragará finalmente si
Podemos maquilla la cuestión del referéndum en Cataluña. Esa es la transacción de fondo de una negociación que ha comenzado con mucho ruido y que tendrá más recorrido del que algunos auguran: vicepresidencia a cambio de descafeinar el referéndum.Pueden jugar a largo cosechando a corto, piensa que es mejor jugar a medio plazo. Está seguro de que, si hay elecciones, Podemos se convertirá en el partido hegemónico de la izquierda y entonces será el PSOE el que vendrá a pedirles árnica.
¿Por qué Podemos, como me decía ayer un referente del socialismo hispano, «tiene la sartén por el mango»?Las encuestas, que apuntan al sorpasso, no hacen sino confirmar una realidad política que el partido de Iglesias ha sabido explotar con mucha inteligencia.
La ventaja de Podemos sobre el PSOE está en que el electorado tradicional de izquierdas se justifica por diversos factores: 1.- Es más creíble en su propuesta de regeneración. La corrupción que asola al PP beneficia mucho más al partido de Iglesias que a los socialistas. El PSOE, que no puede sacar pecho en el terreno de la honestidad, es visto por ese sector ideológico como parte del sistema. Hasta hace unos meses, Iglesias incluía al Partido Socialista en el saco de «la casta».2.- Podemos es percibido por los votantes más jóvenes como el instrumento para hacer posible un cambio radical. Iglesias le ha arrebatado a los socialistas la bandera de la defensa de los pobres: desigualdad, desahuciados, parados, marginados, etc. 3.- Iglesias ha recuperado batallas ideológicas abandonadas por el PSOE, como la memoria histórica, la identificación de la derecha con la dictadura, el anticlericalismo, etc.
Podemos es un partido nostálgico del franquismo. A Iglesias le hubiera gustado ser un profesor de Políticas de la Complutense a principios de los años 70, cosa imposible porque aún no había nacido. Hoy reclama una «segunda transición» para completar lo que no se hizo bien en la primera. Piensan que los partidos de la izquierda hicieron demasiadas concesiones a la derecha durante la transición al optar por el consenso en lugar de la ruptura.
Como el PSOE no ha sabido hacer una actualización atractiva y movilizadora del ideario socialdemócrata, Podemos le ha arrebatado la bandera de los ideales. Es ahí donde radica la auténtica ventaja de Iglesias sobre Sánchez.