Ni Podemos ni independentistas
Desde hace muchos años el PSOE se ha ido escorando hacia posiciones radicales e incrementó su acercamiento a los independentistas, abandonando posiciones centradas y la defensa de la España de la Transición. Si bien le permitió tocar más poder, se fue quedando desdibujado frente a sus contrincantes más directos: al justificarse estos mejor ante sus electorados, unos por ser más de izquierdas, otros por ser los independentistas originales.
Hoy la corrupción que asola al PP beneficia mucho más a Podemos que a los socialistas, porque los socialistas están también muy tocados por la corrupción y siguen siendo vistos como parte del sistema. Podemos hasta hace muy poco incluía al PSOE en el saco de la casta. Podemos todavía es percibido por los votantes más jóvenes como el mejor instrumento para hacer posible un cambio radical. Podemos les han arrebatado a los socialistas la bandera de la defensa de los pobres: desigualdad, desahuciados, parados, marginados, etc. Podemos ha resucitado batallas ideológicas abandonadas por el PSOE, como
la memoria histórica, la identificación de la derecha con la dictadura, el anticlericalismo, etc.
Podemos pretende hacer hoy -40 años después- una segunda transición para perfeccionar lo que según ellos no se hizo bien en la primera. Piensan que entonces la izquierda hizo demasiadas concesiones a la derecha, al optar por el consenso en lugar de apostar por la ruptura. Hoy la táctica de Podemos consiste en acercarse a los socialistas y ofrecerles su colaboración para construir un frente único del cambio radical. Si estos terminaran por aceptar formar gobierno con ellos, se agudizaran las divisiones socialistas. Si los socialistas se negaran al frente común, demostraran (en versión leninista) que anteponen sus intereses por encima del interés de la mayoría social, por miedo a la derecha. No olvidemos que desde ZP la militancia del PSOE se ha ido radicalizando mucho.
Podemos gano la batalla de la propaganda entre las izquierdas, en el mismo momento en que los socialistas aceptaron su análisis de la situación social y económica española. Coincidieron en que los culpables eran la troika europea y las derechas, identificaron así a los enemigos que según ellos habían impuesto los recortes en perjuicio de la gente y en beneficio de la casta. Los socialistas, carentes de ideas, proyecto y liderazgo desde González, tienen una gran debilidad ideológica, al apuntar su trayectoria a que el enemigo a batir era excluir al PP a cualquier precio. Incluso ahora con la radicalidad por la crisis y la corrupción, nadie les compra su propuesta de reforma Federalista que a ningún independentismo hoy les satisface, porque ven la debilidad de España por la desunión de los constitucionalistas y quieren mas. Por el contrario muchos vieron la solución a la crisis en las propuestas de Podemos: necesidad de engordar el Estado y de marginar a la derecha, con una radicalidad brutal del lenguaje. Este discurso a los de Podemos les ayudó a ganar la hegemonía cultural sobre muchos votantes, por ello lidera en buen medida la izquierda y la formación del frente único bajo su égida para un gobierno de cambio y que así se lo reconoce parte del PSOE.
Estas contradicciones socialistas se reflejan entre las distintas visiones entre importantes dirigentes y la militancia, que está mucho más muy radicaliza gracias a la lluvia fina de Podemos, apoyada desde muchos medios de comunicación. La vieja guardia del PSOE, que tiene más trayectoria política reclama sentido de Estado, necesidad de pactar con los constitucionalistas, criticando el acercamiento suicida a Podemos; los afiliados en buena medida comparten los objetivos de Podemos para echar a las derechas y cambiar el régimen para hacerlo exclusivamente suyo, al estilo bolivariano. La brecha en la socialdemocracia ya está hecha. Si Sánchez anunciara un pacto con Podemos para formar gobierno, la ruptura del PSOE estaría servida, porque ese acuerdo solo podrá hacerse bajo la aceptación de unas reclamaciones sociales, económicas y territoriales muy alejadas de la socialdemocracia europea y más propias del populismo.
El PSOE perderá su identidad, si adopta la de los nuevos bolcheviques a cambio de tomar el Gobierno de España. La vieja política, vendida por Podemos como nueva, se nos presenta como una nueva idolatría al Estado –necesidad de más impuestos, más control estatal y control de las libertades individuales-, tampoco son muy amigos del mercado y al apoyar al principio de autodeterminación debilitan a todo lo español. Necesitan del ostracismo y debilitamiento del PP, aprovechan su gran debilidad por su corrupción, y pretenden que así se olvide la de todos los demás. Tampoco quieren cumplir las normativas europeas. Todas estas propuestas políticas las lidera Podemos, sus auténticos inspiradores, que ante muchos de sus electorales refuerzan la figura de Iglesias, de su partido y su proyecto, en detrimento del PSOE.
Pero no olvidemos que Podemos tiene debilidades muy importantes, no es un partido estructurado sino un conjunto de grupúsculos radicales y demagógicos, constituidos de manera demasiado rápida, incluso su jefe mediático tiene dificultades de liderazgo con bastantes cabecillas locales. Hasta ahora Podemos no ha alcanzado a los socialistas. El reto de Podemos pasa por construir una organización con poder centralizado. Cada vez se conoce mas que la aplicación de sus políticas han llevado a la miseria a venezolanos y griegos.
La partida no ha terminado, las cosas pueden enderezarse si los socialistas prefirieran mirar a su derecha, tanto a Ciudadanos como al PP y dejarse de aventuras suicidas, deberían trabajar para evitar las elecciones en Junio, y así con tiempo podrían construir un marco más favorable. Los constitucionalistas tendrían que hacer un programa reformista, que favorezca la salida de la crisis, aumentando el empleo. Deberán liderar la renovación sensata desde los partidos constitucionalistas. Necesitan ganar tiempo para que Podemos muestre todas sus cartas, su programa y sus ansias ilimitadas de poder. Se judicialicen sus corruptelas y oscuras financiaciones. La pretensión de Iglesias de exigir la Vicepresidencia, el querer controlar el CNI, el BOE, la lucha contra la corrupción, los fiscales, la Secretaría de Estado de Comunicación o RTVE, va dando muestras de lo que realmente les interesa. Podemos tiene dificultades con sus aliados en Galicia, Cataluña y Valencia. También les es difícil encajar la cuestión del referéndum en Cataluña. Todo parece apuntar a que Podemos puede empezar a perder ciertos apoyos y con la negociación los socialistas estén consiguiendo que Podemos enseñe su verdadero rostro. Lo que alejaría la posibilidad de convertirse en el partido hegemónico de la izquierda.
Si finalmente Sánchez no consigue sacar para adelante la investidura con el acuerdo con Ciudadanos, llegará la oportunidad del sentido común para formar un gobierno constitucionalista. Sabemos que Podemos activará el discurso de presentar a los socialistas como traidores. Pero los constitucionalistas deben hacer de la necesidad virtud. Tanto Podemos como los independentistas tienen que perder toda esperanza de una España débil y rota. Somos más y mejores los españoles que queremos una salida sensata, y vamos a defender el imperio de la Ley. Por ello deben de unirse los constitucionalistas y democráticamente quitarles toda esperanza.
Ciudadanos está haciendo un papel muy estimable, de necesaria celestina para unir lo que es difícil unir. Papel imprescindible y bueno para la democracia. Si lo logra el futuro de Podemos será cada vez más incierto, y los constitucionalistas liderados por quienes correspondan, se rearan sobre sus cenizas y volverán a tener la iniciativa política. Hoy a corto jugando en campo del adversario lo tienen muy difícil.